Íñigo de la Serna, una gran oportunidad.

Cuando ayer se hizo pública la designación de Íñigo de la Serna como Ministro de Fomento, el sentir general entre los compañeros con los que tuve la oportunidad de comentarlo fue de satisfacción. Sin entrar en profundidad en un análisis de su perfil, hay detalles de su biografía que llaman a recibir este nombramiento con esperanza.

Como punto de partida se vuelve a tener a un ingeniero de caminos al frente del Ministerio de Fomento; perfil más que idóneo para un Ministerio que, en razón a las actuaciones que acomete, ha sido y deber ser el hábitat natural de los ingenieros de caminos. Además conoce la profesión y su situación actual de primera mano, siendo habitual su participación en actos relacionados con nuestro colectivo.

En el terreno político, el nuevo ministro viene de la gestión municipal. Habiendo sido el alcalde de Santander durante nueve años, ha vivido en primera línea el gobierno de una administración local, el tipo de administración más próxima a los administrados y, por tanto, la que más riesgo tiene de “quemar” al administrador. No solo no ha salido quemado, sino que durante su gobierno municipal ha adquirido y consolidado fama de buen gestor. Además no le es ajena la gestión supramunicipal, ya que ha sido presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias entre julio de 2012 y septiembre de 2015 y desde el 1 de enero de 2016 ocupa la presidencia del Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE).

Y un punto más a favor del nuevo Ministro es su decidida apuesta por la innovación. Ha sido el primer presidente de la red  de «Smart Cities» Españolas, fundada en 2011 y que abarca 65 municipios en la actualidad, convirtiendo a Santander en un referente de Desarrollo Urbano Sostenible, gracias a la puesta en práctica del proyecto europeo SmartSantander.

Es un comentario generalizado y un hecho constatado que la crisis económica de los últimos años se ha traducido no sólo en una drástica reducción de las licitaciones de un Ministerio como Fomento, Ministerio inversor por excelencia, sino también en la reducción de las partidas destinadas al mantenimiento de las infraestructuras. En un país que recibe setenta millones de turistas al año el mantenimiento de unas infraestructuras de calidad (y su modernización) es vital. Con Europa vigilando nuestras cuentas no va a ser fácil invertir la tendencia actual. Con el nombramiento de Íñigo de la Serna como Ministro de Fomento se vislumbra la gran oportunidad para intentarlo.