En la clausura de la Jornada «Retos para la Ingeniería. Contribución al ODS6, AGUA», Alfonso González, presidente del WCCE, presentó la Declaración de Madrid “Agua: el futuro que queremos” como continuación a la presentada hace dos años en el marco del I Congreso Internacional de Ingeniería Civil celebrado también en Madrid, en esa ocasión en la sede nacional del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Dentro del compromiso para el logro de los desafíos de la ingeniería para soluciones de adaptación y mitigación del cambio climático, esta nueva declaración se centra en el campo del agua, uno de los sectores más sensibles de cara al desarrollo sostenible y a la adaptación al mismo.
Según esta declaración, los principales retos del agua a afrontar en el siglo XXI son:
– 85% de la población vive en zonas áridas y en 2030, la mitad de la población vivirá en zonas de elevado estrés hídrico.
– 750 millones de personas no tienen acceso al agua en condiciones seguras y adecuadas.
– 2500 millones de personas no tienen acceso a servicios de higiene y saneamiento adecuados.
– Entre 6 y 8 millones de personas mueren cada año por catástrofes relacionadas con el agua.
– 85% de las aguas residuales son vertidas sin un tratamiento previo adecuado.
– En 30 años ha habido un 50% de descenso en las especies animales de agua dulce.
– Existen 600 acuíferos transfronterizos, compartidos entre 2-4 estados.
El desarrollo social y económico depende de la gestión sostenible de los recursos naturales de nuestro planeta. El agotamiento de los recursos naturales y los efectos negativos de la degradación del medio ambiente, incluidas la desertificación, la sequía, la degradación del suelo, la escasez de agua y la pérdida de biodiversidad, aumentan las dificultades a que se enfrenta la humanidad.
Además, nuestro mundo afronta el reto del cambio climático y de un proceso imparable de urbanización y de crecimiento poblacional. El cambio climático es uno de los mayores retos de nuestra época y sus efectos adversos menoscaban la capacidad de todos los países para alcanzar el desarrollo sostenible. El agua, bien imprescindible para la vida, es uno de los sectores que mayor adaptación requiere.
Por otro lado, es necesario implementar las infraestructuras de saneamiento básico y depuración, con reutilización de aguas residuales, plantea un reto crucial para la calidad de vida, la salud pública y un uso sostenible del recurso.
Las organizaciones firmantes expresan en esta declaración su compromiso irrevocable por impulsarlas y aportar nuestro esfuerzo y capacidad por hacerlas realidad, cuanto antes, en beneficio de nuestra sociedad. Y “encarecemos a todos los sectores involucrados en el campo de agua, y a los responsables políticos y autoridades, a que contribuyan con su actuación y capacidad de decisión a crear el adecuado marco político, económico y social, potenciando los recursos aplicados, así como los intercambios de conocimiento y acciones de cooperación, que posibilite hacer realidad este futuro que queremos en el campo del agua”.